ARTE Y ECOSISTEMA. ELA SPALDING

Creo que el arte y la ecología, en particular si hablamos de ecología humana, siempre han estado conectados. Los artistas siempre hemos creado obras que estudian y reflejan nuestro contexto. Es por eso que la historia de la humanidad se puede aprender estudiando la historia del arte.

 

El trabajo de Ela Spalding consiste en conectar.  A través de proyectos curatoriales y gestos artísticos que van desde el performance hasta la danza y la fotografía, Ela busca visibilizar los vínculos que los seres humanos tiene con su entorno.  La identidad caribeña-panameña y la ecología humana entran en simbiosis en una serie de gestos que rebalsan las concepciones convencionales del arte, el cual concibe como un canal para aquellas historias y narrativas que relacionan y evidencian la conexión de cada organismo con su ambiente. Difícil e inútil es etiquetar las prácticas de esta artista y ecóloga panameña. Su especialización es la certeza de que todo exclusivismo disciplinar fractura el conocimiento y su capacidad de incidir en las realizaciones colectivas. Para Ela el arte es una vía para hablar sobre el rol del ser humano en el sistema complejo de interacciones que es la vida. Por esta razón, decide fundar en 2011 Estudio Nuboso, una plataforma multidisciplinar para crear procesos abiertos y dialógicos ante la urgencia de espacios de reflexión e interconexión en un país como Panamá, donde el crecimiento económico resulta vertiginoso, insostenible y desigual. Estudio Nuboso conlleva una modalidad de curaduría muy particular: a través del formato de residencias, profesionales de diferentes campos y la comunidad se reúnen sobre las piedras más antiguas del istmo para compartir e intercambiar experiencias. Mientras el concreto devora a la naturaleza, más que a un puente interoceánico, esta artista panameña le apuesta a un canal de ideas y prácticas que permitan valorar el mundo como un horizonte -o un suelo- donde todos estamos conectados.

 

A veces puede ser contraproducente categorizar o etiquetar las prácticas y expresiones artísticas. Sin embargo, hace algunos meses llevaste a cabo el gesto Panamá Caribe, en el marco de Fluid States, y creo que «gesto» es una palabra que funciona bien para poder acercarnos a tu trabajo, gesto como movimiento del cuerpo, pero este movimiento vinculado a sentidos que se generan desde el performance, la danza, el ritual, la convivencia… Muchas de tus prácticas son además multidisciplinarias, ¿cómo describirías lo que hace Ela Spalding? ¿Cómo has llegado a lo que haces hoy como artista?

Vivimos en un mundo en donde a menudo la gente necesita categorizar las cosas para entenderlas, cuando al final está todo inter-conectado. Y creo que de eso se trata mi trabajo, de conectar, o visibilizar relaciones entre el ser humano, nuestro entorno y nuestras comunidades. Tal vez acercándome al arte relacional, me veo como facilitadora, o como un canal para ideas que pueden manifestarse en una acción o gesto, en un libro o fotografías.

Panamá Caribe es eso: mi gesto consistió en facilitar la presentación simultánea de varios grupos culturales en un formato específico, que junto al contexto (un actor también), creó una especie de viaje histórico y a la vez contemporáneo por estar sucediendo al mismo tiempo y en ese lugar. Esa pieza buscaba pintar una imagen de la compleja y maravillosa identidad caribeña-panameña, que sigue y seguirá evolucionando con el tiempo.

Yo vengo de la danza y del performance, pero en la universidad estudié artes visuales, específicamente cine y fotografía. También hago libros-objeto, por lo que veo que lo mío es trabajar con historias o arcos narrativos a menudo experimentales o experienciales, pues el tiempo no es lineal.

Lo que me ha marcado en los últimos años es la ecología humana. Así como la ecología es una ciencia que abarca muchas ciencias, al estudiar la relación de los organismos con su ambiente, así mismo funciono yo. Hay muchas maneras de relacionarnos con nuestro entorno y muchas maneras de comunicar cómo lo hacemos.

Ela Spalding. Entre el suelo y el concreto. Cortesía de la artista.
Ela Spalding. Entre el suelo y el concreto. Cortesía de la artista.

Mencionaste el arte relacional, nombre con el que en los 90 Nicolás Bourriaud denominó a la tendencia de aquellas prácticas artísticas que se inspiran y se generan desde relaciones humanas y con el contexto. Sin querer categorizar, existe un ejercicio de catalizar relaciones entre personas y el entorno en tu trabajo, de generar comunidad, donde el arte se conecta con la ecología, entendiendo a ambos de una manera más amplia. ¿De qué manera se genera esta interconexión entre arte y ecología? ¿Por qué te interesa ese vínculo? ¿Puedes contarnos un poco acerca de Estudio Nuboso, qué caminos o experiencias te llevaron a darle vida a un espacio como este? 

Creo que el arte y la ecología, en particular si hablamos de ecología humana, siempre han estado conectados. Los artistas siempre hemos creado obras que estudian y reflejan nuestro contexto. Es por eso que la historia de la humanidad se puede aprender estudiando la historia del arte. Lo que pasa es que llevamos décadas de tendencias de especialización, lo que causa que entremos en círculos viciosos de auto-referencias que, a mi parecer, causan más separación. Aunque en su momento fue necesario especializarse en ciertas cosas para lograr algunos avances, ahora es tiempo de volver a abrir y compartir nuestras visiones para integrar las lecciones aprendidas.

Frente a la desconexión del humano con nuestro entorno natural me parece bastante urgente la necesidad de articular espacios de reflexión y re-conexión con nuestro hogar. En algún momento, la «civilización» se empezó a igualar con el distanciamiento de la naturaleza de la que somos parte integral. Estamos empezando a vivir las consecuencias de este pensamiento con el cambio climático, por ejemplo. Los humanos somos apenas una parte del ecosistema de la Tierra, no amos ni dueños de ella.  Debemos empezar a recordar nuestro rol en este esquema complejo de la vida. El arte me parece una vía abierta, libre y genial para hablar de ello.

Estudio Nuboso surge de un sueño de crear un espacio en el bosque nuboso de Panamá desde 2006. Pero empiezo realmente a articularlo como una plataforma artística que se enfoca en la ecología humana en 2011, a raíz de mi participación en la dOCUMENTA(13) en Kassel, Alemania. En esta exhibición estuve en contacto con muchísimas piezas de arte que, de una u otra manera, estaban como al servicio de la humanidad y del planeta. Viendo cómo el desarrollo no-sostenible de mi país, Panamá, está arrasando con recursos naturales y culturales, me enfoqué en generar un formato de intercambio multi-disciplinario para articular el valor de sitios especiales que están en peligro por una simple falta de información o comunicación entre personas. Así nace el Proyecto Suelo (del cual hay una publicación, Suelo Vol. 1 ) que inició en la costa Pacífica de Veraguas el año pasado, sobre las rocas más antiguas de Panamá. Esperamos continuar en otros lugares, con suerte el próximo año en las tierras altas.

Ela Spalging. Suelo Vol. 1 en Arrimadero. Cortesía de la artista.
Ela Spalging. Suelo Vol. 1 en Arrimadero. Cortesía de la artista.

Entiendo que Suelo ha sido una residencia multidisciplinaria donde el arte, como mencionas, más allá de ser el fin de la práctica, se transforma en un medio, en este caso para crear conciencia e intercambiar sobre el valor del contexto. Arquitectos, geólogos, poetas, fotógrafos y muchas otras personas formaron parte de Suelo, destruyendo las fronteras entre disciplinas. También la comunidad se involucró activa y horizontalmente. ¿Qué retos y aprendizajes surgen al darle vida a un proyecto como este?

La residencia multidisciplinaria Suelo fue un una experiencia hermosa. Fue como crear un ecosistema de reflexión temporal. Me di cuenta de que la interacción exitosa entre los invitados, residentes seleccionados, la comunidad y el entorno fue una labor de curaduría delicada de la que me concienticé más profundamente durante la residencia y después.

Como fue un piloto del concepto de residencias Suelo, pero a la vez de Estudio Nuboso como facilitador de tales intercambios, ha sido un reto articular el o los formatos que queremos seguir replicando en otras áreas del país y su financiamiento.  Sigue siendo un reto definir el seguimiento necesario con la comunidad para que los efectos sean duraderos o satisfactorios. Al no ser un proyecto social, aunque abordemos esos temas, es preciso estar claros con la experiencia que queremos generar con la gente en esos espacios rurales, lo principal es tener una buena relación de apoyo, amistad y el intercambio de saberes.

Diría que el reto el más grande ha sido encontrar el tiempo que requiere entender y continuar un proyecto como este. Yo volví de Berlin para dar vida a Suelo y poner a Estudio Nuboso a andar. Pero luego de la residencia, me encontré viviendo en la ciudad de Panamá, que se ha puesto muy cara, y hay que trabajar duro para vivir aquí. Viví siete años en Berlín, donde el ritmo de vida, laboral y personal, te lo propones tú.

Hablabas del desarrollo no sostenible de tu país, un tema también frecuente en tu trabajo y en el de muchos otros artistas en Panamá que de diferentes maneras han criticado a un positivismo económico no reflejado en el desarrollo social y la protección del medio ambiente. El año pasado presentaste Entre Suelo y Concreto durante laBavic9 en Ciudad de Guatemala. Hablando de procesos, ¿cómo influye en ellos vivir en Panamá y de qué manera investigas o desarrollas un concepto en tu trabajo, ya sea en la realización de una residencia, un performance o incluso un libro?  

Aquí encuentro difícil trabajar ininterrumpidamente en una idea o proyecto. Hay que ser un maestro Zen para materializar algo. La ciudad y el país están creciendo a una velocidad vertiginosa. Los espacios que solíamos habitar, las rutas para llegar de un punto a otro, el paisaje cambia cada día causando tráfico, confusión y reacciones en cadena que fácilmente interrumpen el fluir de tus intenciones.

Mi proceso consiste en observar los temas o cosas que más me afectan. Me detengo a sentir, a reflexionar y entonces pienso en las acciones (o formatos) a tomar para procesar, transformar o expresar lo que observo. Hago pruebas, hablo con gente, investigo e intuyo. El trabajo se vuelve como una catarsis.  En el caso de Entre Suelo y Concreto me estaban afectando mucho la destrucción, los cambios sin sentido en la ciudad y ver cómo eso se va regando a las playas, al campo. Sentía dolor, rabia, nostalgia… en fin, una mezcla de sentimientos. Quería investigar si esto era algo que les afectaba a otros, así que facilité un espacio de cuestionamiento sobre el tema Paisajes en Peligro y obtuve algunas respuestas interesantes. Durante un par de meses viajé por el interior fotografiando paisajes que siguen intactos y otros que empiezan a ser intervenidos. También exploré la ciudad, específicamente lugares que por el amor al concreto han perdido manglares, bosques, horizonte. Invité a colegas a participar como el elemento humano que afecta y es afectado por el paisaje. Al final, la pieza juega con una narrativa suelta sobre ese trayecto aparentemente inevitable del suelo al concreto, pero que como seres humanos pensantes, podemos tomar decisiones distintas a la corriente. Ya no siento tanto la rabia que sentía. Dije lo que tenía que decir sobre ese tema por ahora. Las residencias sí son otra cosa, ellas son una oportunidad para dialogar y crear con otros en un proceso abierto e inspirador, y con el tema Suelo en Panamá, literal y metafóricamente, tenemos contenido pa’ rato!

Estudio Nuboso. Residencia 2014. Cortesía de la artista.
Estudio Nuboso. Residencia 2014. Cortesía de la artista.

Como ecóloga y artista, y dentro de Estudio Nuboso como plataforma interdisciplinar, has reunido bastante experiencia como gestora cultural. Pese a todo, actualmente nacen muchos proyectos culturales en Centroamérica, jóvenes activos que se empeñan en construir espacios o momentos culturales en sus localidades ante necesidades sociales, ambientales, políticas, artísticas… Desde tu experiencia ¿Qué recomiendas o aconsejas a estos proyectos que empiezan, experimentan y proponen desde la gestión cultural y artística? y ¿Cómo dialogas o qué encuentros tienes con otros gestores y artistas de la región, si las hay?

Les recomendaría que sigan sus impulsos y que confíen en que si es el camino indicado, se les aparecerán las personas y oportunidades indicadas. antenerse abiertos. Toda experiencia que tengan eventualmente se integra a sus visiones. Les diría también que investiguen a otras iniciativas similares que les pueden dar ánimos para continuar e involucrarse con otros con proyectos similares en su país o ciudad, ya que la competencia nos les va ayudar, al contrario, en las alianzas nos hacemos más fuertes.

Con Estudio Nuboso busco encontrar organizaciones hermanas en la región, las identifico y espero que armemos un circuito algún día. Mantengo amistad a distancia con Proyectos Ultravioleta en Guatemala por ejemplo. Así como un encuentro más formal, cuando el destino me acercó a Más Arte Más Acción en el Chocó de Colombia, a quienes admiraba años antes de que Yolanda Chois, gestora cultural colombiana que llegó a Panamá, me invitara a colaborar en un proyecto, donde pasé cinco días en el maravilloso Espacio Para Pensar. Fue extremadamente inspirador y motivador entablar una alianza que en algún momento sabemos que evolucionará en una acción conjunta.

Gracias Ela!